Ayer mis deberes como madre, me obligaron a salir y mientras estaba paseando de forma tranquila vi tu rostro, rodeada de personas mayores, de tu trabajo, y no te pudo decir nada, tan solo mirarte y seguir mi paso.

Como no pude acercarme, he decidido escribirte estas letras que nunca te van a llegar, pero es una forma de paliar tu ausencia.

De nada me sirve, pensar como hemos llegado a este punto, en todo lo que hemos hecho mal, y quiero sólo recordar tus besos, tus miradas,tus caricias, nuestros viajes, nuestras largas y tendidas conversaciones cuando estábamos en tu ático y tu me leías Pablo Neruda en esos sillones verdes maravillosos.

Bonito ático con esas vistas a la ciudad y lleno de pequeños detalles que aún lo hacían más rico.

Retengo la magia de los momentos vividos

Sabes que te quiero