EL PLACER DE CARLOTA

El placer de Carlota me ha mirado a la cara.


Mis manos tiemblan ante la posibilidad de rozarte, siquiera. Te acaricio, te venero, te admiro, pero mi timidez me cohíbe.

Tu cuerpo se vuelve seda, esa suavidad me enerva, y mi boca logra tener vida propia, apoderándome de tus gemidos, bebiendo con ímpetu de ese manantial que me regalas.

La curiosidad me lleva a conocerte, donde todos los sentidos se unen, donde el placer se vuelve insoportable, donde solo se pide “más”.

Te siento vibrar, me empujas a querer satisfacer cada uno de tus reclamos, entonces recorro con besos el camino ya transitado con mis manos, perdida en tus suspiros, logrando tu rendición.
Me llevas a la cima de la locura,todo carece de importancia.

Y siento tu pasión descontrolada, tu pedido,casi un ruego, que vaya a ti.

Me brindas todo lo que resta…Y en tu entrega, me arrasas hasta lo sublime.

Nuestros cuerpos se reconocen, fundiéndose en uno solo.

Me apodero de ti, y tú de mí.
Y el amanecer nos hallará juntas, de momento solo este amanecer.


En algunos momentos, mi ex, aparecía en mi mente, soy consciente que todavía no he pasado página, pero con este paso con Carlota, soy consciente también que estoy tejiendo la superación.

"Cuando era muy joven quise cambiar el mundo hasta que me di cuenta que no cambiaría. En mi madurez me resigné en cambiar únicamente a mi familia y seres más próximos. Tampoco ellos quisieron saber nada. Ahora, ya viejo, me doy cuenta que si hubiera empezado por cambiarme a mí mismo, la familia habría seguido mi ejemplo y, tal vez, el mundo”.